miércoles, 3 de abril de 2013

Michel Houellebecq. El mapa y el territorio.

-Estoy contento de que seas autónomo -respondió su padre-. En mi vida he conocido a varios individuos que querían ser artistas y a los que mantenían sus padres; ninguno consiguió triunfar. Es curioso, podría creerse que la necesidad de expresarse, de dejar huella en el mundo, es una fuerza poderosa; y, sin embargo, por lo general no basta. Lo que mejor funciona, lo que empuja a la gente con mayor violencia a superarse sigue siendo la pura y simple necesidad de dinero.

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Y, sorprendentemente, abriendo mucho los brazos, entonó muy alto y casi en el tono justo esta estrofa de Blues du businessmen:
          ¡Yo habría querido ser artiiiista
          para crear un mundo solidario
          para ejercer de anarquiiiista
          y vivir como un millonario!
El vaso de vodka le temblaba entre las manos...

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-Sí... -El novelista examinaba de nuevo atentamente la lista de vinos-... Verá, han sido los periodistas los que me han adjudicado la fama de borracho; lo curioso es que ninguno de ellos se haya dado cuenta nunca de que si yo bebía mucho en su presencia era solamente para poder aguantarles... La prensa, de todos modos, es de una estupidez y un conformismo inaguantables, ¿no le parece? -insistió.
-No lo sé, la verdad, no la leo.