lunes, 2 de febrero de 2015

Albert Camus. La peste.

Rieux sabía lo que estaba pensando en aquel momento el pobre viejo que lloraba, y también, como él, pensaba que este mundo sin amor es un mundo muerto, y que al fin llega un momento en que se cansa uno de la prisión, del trabajo y del valor, y no exige más que el rostro de un ser y el hechizo de la ternura de un corazón.